2/10/16

OPINIÓN SOBRE CARTA A UNA SEÑORITA EN PARÍS




T

odos los que leímos Bestiario sabemos que Julio Cortázar impuso como base en cada cuento una sensación de extrañez, de dos realidades diferentes , donde hace que el lector dude en todo momento que mundo es legítimo, desde principio a fin.
En Carta a una señorita en París podemos ver el ingreso de lo extraño cuando el narrador vomita un conejito (en el mundo que implementa Cortázar esto es normal). Cuenta como lo hace pero en ningún momento se pregunta por qué sucede. Toma la situación natural, acoge al conejo y lo pone en una maceta como si fuera una mascota nueva. Él se adapta a lo extraño sin intención de explicarlo, -“…naturalmente uno no va a explicarle a la gente que de vez en cuando vomita un conejito. Como siempre me ha sucedido estando a solas… […] no es razón para que uno tenga que avergonzarse y estar aislado y andar callándose.-”
El mundo en el que vive, el de las costumbres y la cotidianeidad, se ve irrumpido por la “invasión” de los conejos. Al cuidar diez, ya no puede leer libros ni tampoco dormir bien. Le destrozan el entorno, debe ocultarlos de Sara y arreglar todo para Andreé. Pero se produce el quiebre cuando vomita un último conejo, el numero once. En ese momento pierde el control de su vida y se produce una descompostura, generando el asesinato de los conejos y su posterior suicidio.
Para cerrar, podemos entender que los conejitos representan problemas que no puede manejar, hasta llegar a un punto límite donde ya no puede seguir, poniendo fin a su vida y a sus “problemas”.

Montiel, Leonel Elias

No hay comentarios.:

Publicar un comentario